Ya llevamos tres semanas de curso, y tras las primeras
clases con el profesor Jaime Nubiola y un primer ensayo sobre nuestra vida, nos
toca escribir sobre nosotros, los jóvenes, dando nuestro punto de vista y
exponiendo su situación en la sociedad.
Uno de los principales problemas
de la juventud es su falta de interés y afán por pensar. Éste es un problema
muy grave, porque el acto de pensar es propio de la vida de una persona. Puedo
entender que suponga un esfuerzo el ponerse a pensar, pero la verdad es que es
reconfortante pensar.
La mayoría de los jóvenes no
aprovechamos esta facultad que poseemos, preferimos ir a ver un partido de
fútbol, ir de compras, etc. Debemos darnos cuenta que en la vida no todo es
pasárselo bien, sino que también es muy pararse a reflexionar y pensar sobre la
propia vida, y también expresar eso que hemos pensado.
Mucha gente, ante este problema que sufrimos, le echa la culpa a los jóvenes, porque
se les convence fácilmente, porque es
muy sencillo influenciarles. Otros también
dicen que es culpa de los medios de
comunicación, pasamos mucho tiempo ante la televisión y que tienen una
gran capacidad para inmiscuirse en nosotros… Creo que los jóvenes tenemos parte
de la culpa, pero gran parte de ella también la tiene generaciones anteriores a nosotros. Igual es
que nuestros padres no nos han enseñado bien, o igual es que la educación que
hemos recibido no ha sido la correcta para vivir una vida como deberíamos.
Quieran o no, los adultos deben darse cuenta
de que no nos han explicado o mostrado una vida en la que tengamos que pensar,
en la que fijarnos una meta, unos objetivos. También en la educación no nos han enseñado,
desde mi punto de vista, a pensar. En la gran mayoría de asignaturas aprender
es estudiarte y memorizar lo que te explica el profesor, pero en casi ninguna
el método de estudio ayuda a aprender a pensar, y esto es debido a que nosotros
vemos que memorizando el método a la
hora de resolver unos problemas o
memorizando unas fórmulas aprobamos con nota esas asignaturas.
Quisiera recalcar la idea de que
los jóvenes tenemos la culpa en algunos aspectos, pero no somos los únicos
partícipes y los únicos que hemos
aportado nuestro granito de arena para llegar a esta situación, sino que los
adultos de hoy en día también han colaborado.
Otro problema de la juventud de hoy en día es
su tendencia a actuar en grupo. Con esto me refiero a que pensamos que lo
normal es hacer lo que hace la mayoría. Muchas veces se nos podría comparar a
un rebaño de ovejas.
Por último, me gustaría comentar el tema de que
los jóvenes tenemos un gran miedo a
aburrirnos, y ante esto lo intentamos combatir con “entretenimientos”. Para
nosotros estos entretenimientos son aquellos en los que nos olvidamos del
aburrimiento inmediatamente, y preferimos los que no requieran esfuerzo. Esto
es debido a que queremos vivir entretenidos. Esto es un error, considerar la
diversión y el entretenimiento el objetivo de la vida. Es importante disfrutar,
pero también es importante sufrir en una vida plena en la que no todo sean
gozos, sino que también haya penas y sufrimiento a los cuales haya que superar.
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