Me llamo Borja Pérez Soto y nací el 8 de Septiembre de 1993, en Pamplona.
Soy hijo de Ismael y Mª Ángeles, ambos naturales de La Rioja, aunque de
diferentes pueblos, mi padre de Pedroso y mi madre de San Asensio. Siempre he
vivido en Barañain.
Desde los tres años empecé a ir al colegio Los Sauces-Sahats, un
colegio público del que guardo muy buenos recuerdos, ya que ahí conocí a la
mayoría de los que hoy en día conforman mi cuadrilla. Allí pasé tres años de
parvulitos y los seis años de los estudios de primaria. Recuerdo que me
encantaba quedarme con mis amigos en el comedor a jugar esos inolvidables
partidos de futbol.
A los seis años empecé en la
Escuela de Música Luis Morondo de Barañain a tocar el saxofón, mi segundo hobby
preferido, después de la caza, a la que me aficioné a los ocho años cuando
comencé a ir a cazar con mi padre.
Después de esos fantásticos años
en el colegio, llegó la hora de pasar al instituto. Los primeros días fueron
raros, con miedo e incertidumbre por ver lo que me encontraba, un sitio nuevo
con profesores desconocidos y muchos compañeros nuevos, pero enseguida todos
nos fuimos soltando y empezamos a conocernos más.
La verdad es que también guardo
muchísimos buenos recuerdos de la ESO, que como en muchas cosas de los estudios
resultó mucho más fácil de cómo lo pintaban.
En cuarto de la ESO tuvimos
nuestro primer viaje de estudios. Al final convencimos a nuestros tutores de ir
a un lugar cercano al parque de atracciones de Port Aventura, y fuimos a un
hotelillo de mala muerte de Calella. A pesar del hotel y de la vigilancia en
algunos casos excesiva de los monitores, pasé unos días muy agradables en
compañía de mis compañeros. Tras cuatro años en la ESO, pasé a Bachiller.
Tras el verano, llegó el momento de ponerse las pilas y empezar
a estudiar como es debido. Tras un primer año de Bachiller más tranquilo, en el
que también conocimos más a fondo los fines de semana en Pamplona, pasé a
segundo.
Pasó el verano, del que lo más
reseñable es la semana de camping que estuve en Zarautz con mis amigos, y
vuelta al instituto, segundo….que pereza! Pero bueno, no se dio mal, tras los
dos primeros trimestres nos fuimos de viaje de estudios. Nos costó encontrar un
lugar al que ir, ya que país que elegíamos, país que entraba en revuelta. Al final
decidimos ir al Algarve, Portugal. Pasé unos días inolvidables y especiales con
mis compañeros de curso, aunque como es de esperar en estos viajes, el último
día se nos fue un poco de las manos y la liamos.
Enseguida se nos presentó la
selectividad y con ello todos los miedos y las dudas de decidir nuestro futuro,
el qué estudiar, dónde, cómo, y los nervios y horas estudiando sin parar. Al
final tuve unos resultados bastante aceptables y confirmé lo que había decidido
anteriormente, estudiar Biología.
Tras la selectividad, tuve uno de
los mejores veranos de mi vida, esas
vacaciones en Salou con mi cuadrilla, increíbles. La verdad es que se pasó muy rápido,
demasiado. Y tocó empezar la universidad. Todo nuevo. Pero por fin ya me
centraba más en lo que va a ser mi formación profesional.
Los primeros dos años se han pasado
muy rápido, y de momento la carrera marcha decentemente bien. En un futuro me gustaría dedicarme a algo
relacionado con el medio ambiente.
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